lunes, 23 de octubre de 2023

Landslide

Aquella mañana de Octubre se despertó seca, fría sin atisbo de las templanzas de los últimos días. ¿Quien iba a decir que la recordarían años más tarde como la mañana de la desgracia? Nadie atiende a los avisos cuando nos creemos inexpugnables. Algunos vecinos apuntaron que el día anterior habían oído chirriar los forjados, quizás vieron más bostezadas las grietas de los paramentos, pero como iban a pensar que iba a pasar lo que pasó. 

Los edificios altos no caen, pero quizás nos olvidamos de que los golpes se acumulan como en la vida de los boxeadores viejos y el aire se acaba en las noches de ansiedad cuando los recuerdos se apelmazan en los insomnios hasta esa hora en la que apunta el alba. Nadie fue culpable, pero todos aportaron el pequeño saco de carga que hizo el peso insoportable. 

Cuando el edificio empezó a derrumbarse, por la terraza aun estaban colgados los cadáveres abiertos en canal como en la novela de Andreu. Las moscas se comían los restos de las palabras que quedaban en las osamentas huecas y los enanitos cabrones de Murakami daban dentelladas al elefante del zoo que había desaparecido años atrás y que vagaba jadeante por los tejados. Igual era la adolescencia. Todo se precipitó y nadie quedó vivo.

Fueron no más que el tiempo de un polvo a los cincuenta que todo se convirtió en una bola de humo. Todo se quebró como un mondadientes de abuelo tras el almuerzo. Y lo más duro fue el silencio, los minutos de silencio antes del primer llanto, antes del primer sonar de móvil, antes de la primera sirena.

Y tras las coronas de flores, cuando todas las palomas llevan en el cuello crespones negros como en el poema de Auden y los guardias guantes negros de algodón, tras las esquelas y las investigaciones periciales empezó la reconstrucción y la plaza se lleno durante meses de ramos de flores marchitas y las violetas empezaron a llegar devueltas "adress unknown" y después nada.





lunes, 28 de agosto de 2023

Prefiero un libro

 

El Libro es lo que no cambia, la palabra indeleble susceptible de ser citada e interpretada; tomada como argumento, contradicha desde la crítica con base en lo impreso; la permanencia frente a lo eventual, no digo digital digo efímero, porque lo digital también puede ser estático, ser libro. Decía no sé qué poeta que odiaba las versiones digitales de sus libros porque ninguna era idéntica a la otra y dependía de la capacidad de difusión para que se tomara como originario lo sucedáneo repetido muchas veces y como verso propio el ripio cambiado, aunque fuera en una coma ausente.

Lo clásico es lo que perdura, lo que se tiene en consideración a través del tiempo, aunque sea para criticarlo; lo contrario a lo eventual, esporádico y efímero, lo contrario a lo intrascendente. Lo actual puede ser bueno o malo, pero solo será clásico para nuestros hijos; cuando se reitere en una segunda lectura. De qué han debatido nuestros padres, con qué argumentos; con qué argumentos han contradicho los argumentos de los otros. Cuáles de esos argumentos son reutilizables para controversias nuevas, con qué los enriquezco derivado de nuevas lecturas y de nuevas experiencias, el lujo de poder adaptar un libro de los griegos a la controversia digital.

El libro también es examinable, la pregunta por qué página vas huye de la respuesta que hipertextualiza y se diluye, que divaga según la pantalla y el formato, que ni empieza ni termina porque todo fluye, todo diverge, todo navega sin profundizar. La opinión sin repregunta. La decisión sin deliberación. El libro clásico comentado y discutido que porta nuevas lecturas según la experiencia personal. No basta con opinar cuando alguien tiene el partido grabado y te lo muestra para contradecirte con nuevas visiones.

Por eso miro mis baldas llenas de libros, como la iglesia románica susceptible de arder o lo que es peor, ser sustituida por copias restauradas políticamente correctas con vocación de originales.

jueves, 30 de marzo de 2023

Relatar

Relatar 

es unir puntos 

con algún sentido.

No sé si causal o final

no sé si recurrente o expectante

no sé si lo que une es quien cuenta

o la misma historia que es contada en su trama

para que nos preguntemos que vendrá o por qué ha pasado

y es que todo relato tiene el encanto de lo supuesto y el misterio de lo no relatado.

viernes, 27 de enero de 2023

Querido Weiner

Lo que cambia y lo que no

Lo que cambia por el azar o por causa

Lo que cambia por mi o por los demás

Lo que controlo y lo que no

Con acto concreto o con conducta continuada.


No existe la no conducta o hago o no.

Causalidad, finalismo e imputacion

Tipicidad y antijuridicidad

Reproche y culpa

Necesidad o no de pena.


Duda, deliberacion y decision

Tiempo disponible

Protagonismo del curso causal


Agencia: Atribucion, autoeficacia y autoregulacion

Identidad y relato

Reporte, referentes y reflexion


Tentativa. Quiero pero no

Imprudencia No quiero pero si

Error No sé pero debería