miércoles, 15 de enero de 2025

Parthenope de Sorrentino. La soledad de la belleza

La belleza en estado puro, que atemoriza al verla que disuade y avergüenza. La belleza que deriva en soledad y tristeza, la belleza que se ofrece en toda su carnalidad y que sin embargo solo se encuentra consigo misma. Eso es Parthenope una colección de bellos sueños de Sorrentino en esa búsqueda incansable por encontrar la esencia de lo humano, de lo ciudadano. ¿Usted me sabría explicar lo que es la antropología? la religión milagrera, la carroza de los futboleros del Napoles, la muerte que se encuentra con la enfermedad en esa extrañeza de soñar e ir viviendo. El sexo sin contexto, el amor sobrevalorado.

Y junto a la belleza  la sabiduría, la edad y la juventud e Italia, mucha Italia; (la Italia de Ripley en el recuerdo) tan bonita desde el balcón, como en sus papas, como en la mano de dios, como en todo Sorrentino. Dali que le da la mano a Sorrentino en la expresión de los sueños en la pantalla. 

No busquéis argumento, no busquéis hilo. En eso decae o en eso destaca, en la falta de hilo, en estar pendiente de que la borrachera estética no descosa los hilvanes que se ha dejado a medio coser por hacer una pelicula bonita, onirica y profunda casi intensa.

Y al mismo tiempo la contradicción, como en lo humano, la más guapa con el más feo; de la respuesta liberadora frente a la pregunta inexistente; la vida y la muerte a un palmo. La juventud a tres escenas de la jubilación en diálogo. Preguntas, preguntas como las que quería Jodie Foster que se hiciera su subordinado en el True detective 4 en medio del yelo azul y solitario. 

Otro alarde onirico de Sorrentino en esos sueños coloristas que le acercan a Dali y a los suicidas de Murakami.

Si no has visto nada de Sorrentino, no vayas a ver esta. Si te gusta no te la pierdas.

domingo, 12 de enero de 2025

Conclave. No todos los directores pueden ser Sorrentino.

Los dos papas, Ratzinger y Begoglio (Pryce y Hopkins sensacionales) ; las dos maravillas de Sorrentino con toda la expresión y belleza a borbotones marcaron el nivel alto, altísimo de la genialidad papal y vaticana. 

Conclave es una pelicula secundaria y pasable que es lo peor que se le puede decir a una película, casi es es mejor decir que es mala. 

 

El paciente inglés lo hace muy bien pero a veces la estética es tan importante como el contenido y aquí la estética es todo una obviedad. Planos cortos, cortísimos que como dice el bueno de Garci sirven en general de poco. Primer plano y difuminado de fondo, difuminado de primer plano y foco al fondo. Puertas enmarcadas, repuertas, puertas de puertas. Primer plano de cosas y al final nada de nada. De repente a la cámara le da el arrebato y se pone a correr y a girar ¿para qué?

Una músiquilla empalagosa de fondo haciendo de spoiler desde el segundo uno, menuda pesadez. Lo emocionante lo hace la imagen nunca una música tenebrosa de caja de ritmos de músico de segunda simulando emoción. 

Personajes esperables el bueno, el malo y el otro. La fumata blanca en los tiempos de la IA y un suspense de corchopan tipo hay un ruido dentro y me pego diez minutos en abrir una puerta. Pequeño discurso moral y devolvemos el morlaco a corrales porque no tiene más pases.

En fin, prescindible y eso que había una historia buena detrás.

lunes, 1 de julio de 2024

Joder, qué preciosidad.

Aunque parezca mentira y con esto de la inteligencia artificial parece que todo está ya escuchado y de la creatividad solo quedarán los recuerdos, de repente todavía descubrimos entre la hojarasca un espacio para la sorpresa. Escuchad esta maravilla, sencilla. Sin más. Tontxu y su hija Leire


Y esta otra que me ha saltado os la pongo de regalo. Qué gran cantautor es Tontxu.



lunes, 23 de octubre de 2023

Landslide

Aquella mañana de Octubre se despertó seca, fría sin atisbo de las templanzas de los últimos días. ¿Quien iba a decir que la recordarían años más tarde como la mañana de la desgracia? Nadie atiende a los avisos cuando nos creemos inexpugnables. Algunos vecinos apuntaron que el día anterior habían oído chirriar los forjados, quizás vieron más bostezadas las grietas de los paramentos, pero como iban a pensar que iba a pasar lo que pasó. 

Los edificios altos no caen, pero quizás nos olvidamos de que los golpes se acumulan como en la vida de los boxeadores viejos y el aire se acaba en las noches de ansiedad cuando los recuerdos se apelmazan en los insomnios hasta esa hora en la que apunta el alba. Nadie fue culpable, pero todos aportaron el pequeño saco de carga que hizo el peso insoportable. 

Cuando el edificio empezó a derrumbarse, por la terraza aun estaban colgados los cadáveres abiertos en canal como en la novela de Andreu. Las moscas se comían los restos de las palabras que quedaban en las osamentas huecas y los enanitos cabrones de Murakami daban dentelladas al elefante del zoo que había desaparecido años atrás y que vagaba jadeante por los tejados. Igual era la adolescencia. Todo se precipitó y nadie quedó vivo.

Fueron no más que el tiempo de un polvo a los cincuenta que todo se convirtió en una bola de humo. Todo se quebró como un mondadientes de abuelo tras el almuerzo. Y lo más duro fue el silencio, los minutos de silencio antes del primer llanto, antes del primer sonar de móvil, antes de la primera sirena.

Y tras las coronas de flores, cuando todas las palomas llevan en el cuello crespones negros como en el poema de Auden y los guardias guantes negros de algodón, tras las esquelas y las investigaciones periciales empezó la reconstrucción y la plaza se lleno durante meses de ramos de flores marchitas y las violetas empezaron a llegar devueltas "adress unknown" y después nada.





lunes, 28 de agosto de 2023

Prefiero un libro

 

El Libro es lo que no cambia, la palabra indeleble susceptible de ser citada e interpretada; tomada como argumento, contradicha desde la crítica con base en lo impreso; la permanencia frente a lo eventual, no digo digital digo efímero, porque lo digital también puede ser estático, ser libro. Decía no sé qué poeta que odiaba las versiones digitales de sus libros porque ninguna era idéntica a la otra y dependía de la capacidad de difusión para que se tomara como originario lo sucedáneo repetido muchas veces y como verso propio el ripio cambiado, aunque fuera en una coma ausente.

Lo clásico es lo que perdura, lo que se tiene en consideración a través del tiempo, aunque sea para criticarlo; lo contrario a lo eventual, esporádico y efímero, lo contrario a lo intrascendente. Lo actual puede ser bueno o malo, pero solo será clásico para nuestros hijos; cuando se reitere en una segunda lectura. De qué han debatido nuestros padres, con qué argumentos; con qué argumentos han contradicho los argumentos de los otros. Cuáles de esos argumentos son reutilizables para controversias nuevas, con qué los enriquezco derivado de nuevas lecturas y de nuevas experiencias, el lujo de poder adaptar un libro de los griegos a la controversia digital.

El libro también es examinable, la pregunta por qué página vas huye de la respuesta que hipertextualiza y se diluye, que divaga según la pantalla y el formato, que ni empieza ni termina porque todo fluye, todo diverge, todo navega sin profundizar. La opinión sin repregunta. La decisión sin deliberación. El libro clásico comentado y discutido que porta nuevas lecturas según la experiencia personal. No basta con opinar cuando alguien tiene el partido grabado y te lo muestra para contradecirte con nuevas visiones.

Por eso miro mis baldas llenas de libros, como la iglesia románica susceptible de arder o lo que es peor, ser sustituida por copias restauradas políticamente correctas con vocación de originales.

jueves, 30 de marzo de 2023

Relatar

Relatar 

es unir puntos 

con algún sentido.

No sé si causal o final

no sé si recurrente o expectante

no sé si lo que une es quien cuenta

o la misma historia que es contada en su trama

para que nos preguntemos que vendrá o por qué ha pasado

y es que todo relato tiene el encanto de lo supuesto y el misterio de lo no relatado.

viernes, 27 de enero de 2023

Querido Weiner

Lo que cambia y lo que no

Lo que cambia por el azar o por causa

Lo que cambia por mi o por los demás

Lo que controlo y lo que no

Con acto concreto o con conducta continuada.


No existe la no conducta o hago o no.

Causalidad, finalismo e imputacion

Tipicidad y antijuridicidad

Reproche y culpa

Necesidad o no de pena.


Duda, deliberacion y decision

Tiempo disponible

Protagonismo del curso causal


Agencia: Atribucion, autoeficacia y autoregulacion

Identidad y relato

Reporte, referentes y reflexion


Tentativa. Quiero pero no

Imprudencia No quiero pero si

Error No sé pero debería


jueves, 29 de diciembre de 2022

Fato novo

¿Escuchas a Toquinho?

Sí, el de Acuarela

Te lo pregunto precisamente porque no es Acuarela lo que escuchas

jaja, es Fato Novo

Me encanta Toquinho y nunca había oido esa canción, ponla más alta

Espera que pongo cascos para no molestar y compartimos auricular

¿Compartes auriculares con extrañas?

Solo si llevan un poemario de Birnes en la mano como tú y escuchan a Toquinho

Ingresemos en esta penumbra sin espacio

ya que la acción anula la distancia... esa me la sé.

jajaja a qué hora sale tu avión amigo gafotas

en media hora amiga listilla o quizás salió hace demasiado tiempo.

yo sin embargo frecuento desde hace demasiado las salas de espera.




 Hay en el lecho ardiente
un vacio de tiempo
y las sábanas huelen, si reposas,
al suave y acre olor del que nace la vida
Francisco Birnes



 


miércoles, 23 de marzo de 2022

Tremenda Mandy Moore

Sabía que cantaba y sabía por supuesto que Mandy Moore en su versión de cuarentona en This is Us está estupenderrima de resoplido puffffffffffffffffffff, lo que no echaba cuenta es de que las dos cosas concurrieran en el video de esta canción en la que he caido casi por casualidad y que me ha encantado. Así que, como este blog está desde hace meses un poco desertico, le animo con esta más que agradable coincidencia.

Abrazos.




lunes, 19 de julio de 2021

Dime cinco palabras.

 Virtualidad, aplazamiento, incredulidad, desigualdad y miedo.

Si tuviera que destacar algo sería la virtualidad. La vida ante una pantalla. El trabajo ante una pantalla. La opinión ante una pantalla. Todo tan susceptible de ser cierto como incierto; de existir o de fundirse en negro. Las clases de los chicos en una pantalla. Hasta el futbol se ha hecho imagen sin jugadores.

Por otro lado la vida entre paréntesis, las citas aplazadas, los eventos aplazados, las decisiones aplazadas como si las penas y las alegrías estuvieran aplazadas hasta lograr la inmunidad de grupo.

La incertidumbre que se vive a solas convertida en incredulidad. Las fuentes dudosas. Porque si mala es la incertidumbre peor es la incredulidad. Desconfiamos de todos, desconfiamos absolutamente de quienes nos gobiernan, de quienes nos aconsejan, de quienes predicen.

La desigualdad. La percepción distinta de lo que está pasando según como te toque la feria. La gente que ha perdido allegados. La gente que ha tenido que dejar su negocio. El funcionario que se ha dejado los huesos en un hospital y el funcionario que se ha pegado ocho meses de teletrabajo con cita previa por favor atendiendo a tres. Quienes hemos podido disponer de pantallas y los que no.

Y desde ahora un miedo que envenena mis sueños.