martes, 22 de enero de 2019

Apagar las ganas de escribir un rato

Apagar las ganas de escribir un rato. Entretener el cansancio antes de leer hasta dormir. Así, como el que ve un concurso de cocina antes de acostarse. Esa sensación nocturna de irse agotando que tanto me acompaña, no como estar cansado, sino más bien como estar gastado. 
El otro día estaba empachado de palabras, tantas que no podían salir y como no existe un laxante de ideas, me puse a desaguar en un papel versillos sin ton ni son, y empecé a escribír a lapiz una descripción a lo loco tan sobrada de adjetivos blanditos que se pegaban unas palabras con las otras sin poderlas separar. Era sobre la India y se lo leí a mi mujer como cuando eramos novios que me obligaba a  leerle los cuentos que escribía por muy malos que fueran.

Se echó a reir.
- ¿Qué te pasa no te gusta, no? 
- No te enfades, es que me sonaba a las mismas palabras de siempre, como si ya la hubiera leido mil veces y me ha hecho gracia.
- Es que igual me estoy gastando.
- No seas lloricas, simplemente no me ha gustado. No hagas un drama.

Escribimos para ser leidos, pero no creo que todo lo que escribamos tenga que ser leido. Solo tras escribir mucho, se escribe un poco. Y los diarios tienen la virtud de tamizar lo que nos pasa y solo quedarse la piedra gorda, la vida subrayada, la duda que resalta, la imagen con vocación de hacerse postal. El resto se escapa por el sumidero del dia a dia como si nada hubiera pasado. 

El diario hace de tamiz que solo perpetua lo que resalta. Qué va a quedar de estos días, en los que de los blog solo quedan reseñas efímeras y lamentos por la decadencia de los viejos blogueros. Quizá es que hemos perdido la transigencia hacia lo mediocre que es sin duda el camino inevitable hacia lo sublime y las jacenas que sostienen el peso de lo especial. Solo queremos dias de sol o dias de lluvia, no queremos dias marrones y aburridos como los de la canción.
Lamento mucho cuando las bitacoras que sigo dejan de escribir porque me imagino una renuncia silenciosa a la intrascendencia. Cuantas veces he dicho, no escribo porque no se me ocurre nada. Y es posible que ese momento sea quizá el que mas haya que escribir.

Yo al menos, este año he tomado la decisión de escribir más, cuando tenga menos cosas que contar.

1 comentario:

  1. Creo que te voy a copiar, en mi caso escribir a secas, aunque no tenga nada que contar. Me siento un poco "regañada" por ser de esos blogs en dique seco. ;)

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