Veo que ultimamente se ha prodigado el común de recomendar este libro como lectura preadolescente en los coles no solo franceses, donde el autor marroquí tiene gran predicamento, sino también en algunos españoles y sinceramente creo que es un error.
No porque el tema del racismo y la xenofobia no sea actual, tremendamente actual, ni porque las conclusiones de tolerancia del libro sean erroneas, ni por supuesto porque contradigan lo que pienso, sino porque en el libro se menosprecia al enemigo. Ben Jelloun Tahar se crea un enemigo tonto y simplón al que vapulea sabiéndose de antemano ganador.
Es un libro escrito en 1997 y ataca unos argumentos proxenófobos ya superados. Si el estudio del libro en lugar de plantearse como una lectura de octavo de EGB encauzada por el porfe se planteara como un debate abierto en COU en donde se forzara a los alumnos a debatir tomando la posición de un ultra actual y otros el buenismo del libro creo que se llevarían los segundos hostias como panes a nada que lo curraran un poco los primeros.
Los ultras xenofobos ya no hablan de supremacia (como ataca el libro), ni de rasgos geneticos diferenciadores, y por supuesto el campo de batalla ya no se plantea entre nazis y judios. Ahora en lugar de supremacia se habla de "nacionales primero" (mis padres han pagado la seguridad social mientras los tuyos han pagado a una jerarquía de dictadores marroquís con la que además estais de acuerdo) ¿por qué has de tener tú el derecho a pasar antes al médico que yo? Por supuesto que intentaré que no te mueras y te atenderé pero si no te importa paso yo primero.
No me cuentes cosas de Franco y de Petain (que en paz descansen hace más de 50 años), cuentame por qué hoy mismo tu mujer va dentro de un saco negro a 40 grados, le impides ir sola al médico y le prohibes ir a la playa. Los europeos no podemos permitir eso, por eso os ponemos dificultades.
No me cuentes que en el siglo XV los reyes católicos echaron a los musulmanes (por cierto olvidándote de que los mudejares convivieron en Aragón durante dos siglos sin demasiados problemas) igual podemos debatir mejor en clase qué sucede en el Sahara desde el 75 que nos cae un poquico más cerca.
Ahora los argumentos de debate no son sobre la maldad de la generalización y de tomar a todos los moros como ladrones porque un chaval pobre musulmán le haya robado el movil de mil euros a mi pijiniño (en eso estamos de acuerdo más o menos). Ahora el debate es por qué no se hacen públicos los datos de determinados delitos disgregados por nacionalidad del agresor, no hablemos ya de los datos de violencia intrafamiliar.
Nadie dice que el Corán por si mismo fomente la violencia (o sí, pero no menos que la Biblia y otros libros sagrados) ahora se habla de la socialización en la intransigencia que ejercen determinados grupos islámicos en Europa financiados desde los petrodolares. Y se habla si debemos luchar con tirachinas contra la invasión cultural totalitaria y teocrática como contó el también francés Huellebecq en Sumisión.
Nada se habla en el libro del terrorifico negocio de las armas amparado en no sé qué
derecho a portarlas, poco del nacionalismo como lacra totalitaria y nada sobre la aniquilación del concepto de persona individual tiroteado bajo la falsa acusación de neoliberalismo. Que sirve como soporte al desprecio del hombre y su vida y su desvaloralización germen de la xenofobia.
Estos son los puntos de debate actuales contra los que los demócratas y humanistas debemos armarnos de argumentos y armar a nuestros hijos. Si contra la nueva ideología de la intransigencia seguimos sacando de la tumba a Franco, Hitler y los Reyes católicos el nuevo extremismo se nos va a comer por los pies si no lo hace antes el integrismo religioso.
No es todo malo en el libro. Yo he sacado siete u ocho puntos en los que estoy de acuerdo (la desconfianza, el miedo a lo desconocido y la ignoracia como base de la intolerancia y veneno para la convicencia; la generalización como lacra, el extranjero como chivo expiatorio de nuestras frustraciones, el peligro de las militancias carismáticas en nombre del pueblo y la importancia de la educación y el lenguaje...) , pero, simplemente me parece un libro de 1997 derogado absolutamente. Te inventas un enemigo, no le dejas hablar, le ganas, te aplaudimos y ya está.
PS.-Me leeré el de El islamismo contado a nuestros hijos que ya es post torres gemelas y pegaré el comentario aquí y si me parece mejor, ningún problema en rectificar y recomendarlo. Aunque no nos olvidemos que parece que fue ayer pero este año hará 20 años de los avioncitos de Nueva York.
¿Veinte años ya?...madredelamorhermoso.
ResponderEliminarQue rabia da los profesores con poco criterio.