domingo, 13 de noviembre de 2016

Amarillo casi gris

Amarillo, Romeo, Ferrater, los que odian la vida y escuchan a barricada, los que van de melancolicos, los que tienen vocacion de artistas por escribir cuatro letras, los que tienen su soledad llena de espejos. Hay libros q se joden por leerlos mal y otros q te joden por leerlos bien. Ferrater lo planificó años antes mirando el cielo. Romeo cuenta en amarillo como izuel, sin embargo, se fue fundiendo en gris, como se fue corrompiendo ante sus ojos.
Me fui acojonando al pensar en ti. Siempre pense que eras un acojonado. El ejemplo de tipo con padre que se ha comido la infancia y la adolescencia de su hijo a mordiscos. Nunca pensé que lo hicieras. Tu no. Pero me lei Amarillo y me dio miedo de ser tu sombra, tu Romeo agrafo y desconocido, el cura ateo de tu entierro. 
Nosotros jugabamos con la tristeza como la broma que intercala la felicidad de ir viviendo, como la excusa q nos permitia ir de poetas boehemios; para ti sin embargo, iba en serio y tu tristeza se enroscaba como la hiedra en tu angustia y en tu desasosiego. Te me estabas yendo, te me habias ido ante mis ojos y lo que era peor casi queria q te fueras desde el balcón abajo como izuel o como alfonsina mar adentro pera descargar de culpa mi impotencia. Y es que nunca es libertad el suicidio sino tristeza. Nunca deja paz sino reproche a los que quedan.

F de Justo Navarro y Amarillo de Felix Romeo